La Carboxiterapia es una terapia que emplea dióxido de carbono (CO2) medicinal.
La terapia consiste en micro-inyecciones localizadas de dióxido de carbono medicinal, que se administra por vía subcutánea e intradérmica, a través de una pequeña aguja que va insertada en un tubo estéril que está conectado al aparato médico.
Los efectos terapéuticos del dióxido de carbono pueden resumirse en:
- Aumento de la tonicidad cutánea y de la elasticidad cutánea.
- Aumento de brillo y redensificacion de la piel con oxigenación extrema, que revitaliza.
- Y sobre todo una mejora espectacular de la microcirculación venosa, linfática y arterial.
Es excelente para el tratamiento de la celulitis de origen vascular
Estudios e investigaciones clínicos han demostrado que este gas produce efectos, en primer lugar, al romper algunas membranas de las células grasas (efecto lipoclasia), reduciendo así las acumulaciones de grasa y en segundo lugar, sobre la microcirculación, abriendo los vasos cerrados y recuperando aquellos que presentan problemas. La consecuencia es una mejora de la circulación y, por tanto, el aumento de oxígeno.
Efectos sobre la microcirculación
El efecto farmacológico principal es una vasodilatación que activa la microcirculación, acompañada de un considerable aumento del flujo de sangre, que conlleva una notable mejora de la circulación venosa y arterial. Por este motivo, la terapia es muy eficaz en el tratamiento de arteriopatías periféricas y alteraciones morfo funcionales de la microcirculación. De hecho, el empleo de anhídrido carbónico como sustancia terapéutica se considera un arma eficaz para la prevención y curación de todos los problemas relacionados con un funcionamiento anómalo de la circulación arterial, venosa y capilar.